No me imagino a Oblomov mudándose; no me lo imagino luchando
contra decenas de objetos buscando ordenarlos según nuevas lógicas; no me lo
imagino intentando adaptarse; no me lo imagino cansado de moverse por el
espacio, cansado de cargar, de desordenar y ordenar para volver a desordenar.
Tampoco me imagino a Ignacio Escobar en esas; tampoco, por supuesto, me imagino
a Bartleby. No me los imagino. Pero en cambio, sí me imagino a Goncharov, sí me
imagino a Caballero y sí me imagino a Melville. No me imagino a Rosa Schwarzer
pero sí a Vila-Matas, ni tampoco a Ingeborg pero sí a Bolaño.
Me mudé hace un par de semanas y es una excepción que decida
escribir sobre ello en este blog. Me mudé de un pequeñísimo apartestudio sin
ventanas (de unos veinte metros cuadrados) a uno de más del doble del tamaño,
con bastante iluminación y bastante aire. Podría decir muchas cosas acerca de
lo que ha implicado el cambio, pero sólo me limitaré a dos cosas: la foto de arriba a
propósito de lo entretenido que ha resultado seguir el curso de los aviones e intentar
adivinar el cambio de rumbo que tendrán una vez hayan alcanzado la altura
necesaria (el de la foto giró hacia el sur, es decir: hacia San José del Guaviare, Popayán, Amazonas, Quito, Huanaca, Arequipa, Cochabamba, Sao Paulo, Cutitiba, Bueno Aires o San Carlos de Bariloche), de un lado; de otro la transcripción de uno de esos autores que no
sólo es fácil imaginarse mudándose sino que además ha escrito sobre ello:
Georges Perec en “Especies de espacios”:
“Mudarse
Dejar un apartamento.
Desocupar una casa. Levantar campo. Despejar. Ahuecar el ala.
Inventariar ordenar
clasificar seleccionar
Eliminar tirar vender
Romper
Quemar
Bajar desellar
desclavar despegar desatornillar descolgar
Desconectar soltar
sacar desmontar doblar cortar
Enrollar
Empaquetar Embalar
apretar anudar apilar juntar amontonar atar envolver proteger envolver proteger
recubrir cerrar apretar
Recoger llevar
levantar
Barrer
Cerrar
Marcharse
Instalarse
Limpiar verificar probar
cambiar acondicionar firmar esperar imaginar inventar decidir ceder doblar
curvar enfundar equiparar desnudar partir enrollar volver golpear refunfuñar
sombrear modelar centrar proteger entoldar amasar arrancar cortar conectar
esconder soltar accionar instalar chapucear encolar romper atar pasar apilar
amontonar planchar pulir consolidar hundir enclavijar enganchar ordenar serrar
fijar clavar marcar anotar calcular subir medir dominar ver apear pesar con
todo su peso embadurnar apomazar pintar frotar rascar enlazar subir tropezar
franquear extraviar hallar revolver tumbarse a la bartola cepillar enmasillar
desguarnecer camuflar enmasillar ajustar ir y venir lustrar dejar secar admirar
extrañarse exasperarse impacientarse sobreseer apreciar añadir intercalar
sellar clavar atornillar fijar coser ponerse en cuclillas encaramarse enfriarse
centrar acceder lavar evaluar contar sonreír sostener restar multiplicar
quedarse plantado esbozar comprar adquirir recibir devolver desembalar deshacer
orlar encuadrar engastar observar considerar soñar fijar agujerear estrenar una casa acampar profundizar alzar
procurarse sentarse adosar apuntalar
enjuagar desatascar completar clasificar barrer suspirar silbar mientras se
trabaja humedecer encapricharse arrancar fijar carteles [detenerse] fijar insistir trazar acuchillar
cepillar pintar agujerear conectar alumbrar cebar soldar curvarse desclavar
sacar punta atornillar distraerse disminuir sostener agitar antes de usar
afilar extasiarse rematar atrancar
rascar desempolvar maniobrar pulverizar equilibrar verificar humedecer taponar
vaciar triturar esbozar explicar encogerse de hombros acoplar dividir andar de
aquí para allá hacer tensar cronometrar yuxtaponer acercar casar blanquear
lacar volver a tapar aislar arquear prender
lavar buscar entrar soplar
instalarse
habitar
vivir”