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lunes, 18 de septiembre de 2017

Sobre "Personae" (2015 [2011]), de Sergio De la Pava

Hace un mes terminé de leer, luego de una inconfesable cantidad de tiempo, "Una singularidad desnuda" (USD), la primera novela de De la Pava. Me gustó mucho. Es una muy buena novela. Con estrategias narrativas arriesgadas, historias cruzadas que se mantienen lo suficientemente separadas y lo suficientemente unidas como para encarretarnos sin distraernos, sin extraviarnos. Pero lo que más admiré de USD, sin duda, es el manejo de los diálogos; es realmente admirable. Los personajes de esa novela son tan adictos al lenguaje (en esta entrevista De la Pava los describió de esa manera) como el autor mismo: De la Pava goza (supone uno) dejándose llevar por los cientos de malentendidos a los que darían pie las palabras, las oraciones y el lenguaje en general si dejáramos llevarnos por ellos; no lo hacemos y, por eso, podemos hablar; de hacerlo, nos la pasaríamos aclarando significados y sentidos, lo que el lingüista Roman Jakobson llamó función metalingüística del lenguaje y que ejemplifica, justamente, con un diálogo:

"Imaginemos un diálogo exasperante como el siguiente:

—Al repelente le dieron calabazas.
—¿Qué es dar calabazas?
—Dar calabazas es lo mismo que catear.
—¿Y qué es catear?
—Catear significa suspender.
—Pero ¿qué es un repelente? —insiste el preguntón, que está in albis en cuestión de vocabulario estudiantil.
—Un repelente es (o significa) uno que estudia mucho"
(Ensayos de lingüística general)

Pero la gracia de USD es que, justamente, De la Pava no deja que los personajes se exasperen (o no al menos tan rápido) sino que, al contrario, se diviertan, hagan de los malentendidos el motor de la conversación. Como resultado, los diálogos de la novela son geniales, realmente divertidísimos. Los personajes de USD se la pasan discutiendo hechos nimios y convirtiéndolos en temas muy trascendentales, hechos que se prestan para preguntas que al parecer obsesionan al autor como la muerte, la verdad, o la perfección. Todo gracias a los malentendidos. (No sobra decir que esta obsesión con el lenguaje y, ante todo, esa facilidad para hacer uso de los malentendidos, se lo debemos a que De la Pava trabaja como abogado de oficio en Manhattan....)


En Personae varios de estos aspectos se hacen más radicales. En el caso de los diálogos, la radicalidad da pie a casi 100 páginas (el libro tiene 230) de una obra de teatro beckettiana titulada Personae, y uno de cuyos temas centrales es lo absurdo de la identificación, de cualquier identificación: del lugar en donde estamos, de cuánto tiempo llevamos en él, de para qué estamos en él, de quién está en él, y por supuesto, de quién es quién, es decir de la la identificación de la persona como entidad. Las otras estrategias narrativas de USD también se radicalizan: Personae está hecha de varios relatos que una detective encuentra en el apartamento de un escritor colombiano de ciento once años que acaba de morir; por esta razón, la novela se construye a partir de géneros narrativos distintos: obituarios, teatro (Personae), aforismos, artículos musicales.... La obra de teatro me gustó; hay una historia sobre la detective que también me gustó; hay una que gira alrededor de una relación íntima en medio de un café que también me gustó; hay una sobre la violencia colombiana que me pareció la historia típica de un extranjero que se encuentra con la violencia colombiana y que debe desahogarse de alguna manera (algo parecido a aquello de lo que ha sido acusado Michael Taussig en la antropología); hay apuntes interesantísimos sobre Glenn Gould y Bach que me enseñaron mucho sobre Gould (aprovecho para recomendar El malogrado, de Thomas Bernhard). Las historias y los géneros están conectados por los personajes; pero el asunto es que cada una de esas partes es excesivamente desigual, no en número de páginas por supuesto, sino en términos de lo que cada una aporta a la totalidad de Personae como artefacto literario. En otras palabras, me parece que como tal, como artefacto, Personae simplemente no funciona.

Y a esta desigualdad entre las partes tan poco funcional, se suma que en muchos momentos del texto me sentí confundido acerca de si estaba leyendo un error de digitación, o el estilo desparpajado, de pocas comas, propio de De la Pava, un estilo que ya se había hecho presente en USD. Sólo un ejemplo: ". La ciudad de Nueva York en 1960 pero todo lo que Arce parecía ver eran libros.". Buscando otros comentarios sobre Personae me encontré con la corta parodia que hizo Javier Avilés hace un par de años y que reproduzco para que vean que estas pequeñas confusiones pueblan el libro. Dice Avilés:
"Esto va de la siguiente manera: Este no es el libro que Sergio De la Pava, este es el libro que dio Sergio De la Pava escribió. ¿Cuál ha publicado aka Literatura Random House Mondadori, algo inclasificable que no tiene nada que ver con la novela original de De la Pava qué supongamos pagado los derechos de traducción.
Leyenda de la Pava con el apoyo de Una singularidad desnuda y en todo el editorial subyacente historia y reconocimiento. Una singularidad desnuda, publicado en español con traducción Pálido fuego por José Luis Amores, de la que hablé, es una gran novela.
De la Pava hizo una versión en español de su novela, Personae, publicado originalmente Pingüino Random House Colombia.
¿Tiene las dificultades que encontramos lectores España en ciertos fragmentos de la novela que se debe a las peculiaridades lingüísticas colombianos locales?
No lo sé. Pero esta dificultad que yo calificaría el resultado de un error de traducción hace que la lectura Personae no es una actividad agradable.
Entiendo las posibilidades del texto, sino que también parece apreciar algunos desconexión entre los textos que componen la novela, por lo que en lugar de fragmentación debe hablar mezcolanza amalgama o lo que sea.
Como ven, Avilés sugiere la versión en inglés y culpa a la traducción (que no termino de entender si fue hecha por el mismo De la Pava, a quien, de hecho, he escuchado dudando de su manejo del español); puede que la traducción sea muy mala y, además, difícil por el particular estilo del autor. Eso explica parte del sinsabor que deja la novela, pero no lo que Avilés llama "mescolanza". Si alguien por aquí llega a leerla en inglés, estaría bien que nos contara si Avilés tenía o no la razón.

Como sea, a De la Pava hay que seguir leyéndolo; sin duda tiene un gran talento y mucho que contar. Habrá que esperar la siguiente novela. En cuanto a USD, recomendadísima.