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jueves, 11 de mayo de 2017

la importancia de llamarse ETCÉTERA

Llevo tres años (más de mil días) estudiando antropología. He escrito no sé cuántos ensayos y presentado no sé cuántos exámenes. He escrito una tesis y un artículo. He presentado dos ponencias: una en inglés y otra en español. Me he hecho muchas preguntas, la mayoría de las cuales (por no decir todas) siguen sin responder. He presentado tres o cuatro aplicaciones para que financien mis preguntas y las respuestas que pueda dar en el futuro. He aprendido a preguntar, a responder y a convencer a los demás de que tengo algo importante que decir. He pensado mucho. Me he divertido mucho porque soy un ñoño.

Antes también me hacía preguntas. Escribí dos novelas. La primera muy mala. La segunda aún  no lo sé. Cuando llegué a México intenté terminar la tercera. Ahora sólo queda el primer capítulo que revisé por última vez hace más de un año. Me divertí porque era un ñoño y porque me gustaba hacer preguntas.


Algo va, sin embargo, entre las preguntas que se hacen desde la academia y las que se hacen desde... cualquier otro lugar. No. Mejor: algo va entre las preguntas de la academia y las preguntas que se hacen desde el arte-matemática-antropología-filosofía-ETCÉTERA. Es decir, algo va desde allí hasta las preguntas que se hacen desde el ETCÉTERA, que es el corazón de la curiosidad, de los restos desde los que se construye el pensamiento. Algo va desde las preguntas de los "más de mil días", del "usted se compromete a dedicar el tiempo completo a...", "Firma.", "Fecha.", a, vamos a decir, caminar en/por la calle, sentarse en/por un parque, aburrirse y pensar en/por los árboles. Por decirlo en otras palabras: algo va entre citar autores (la DISCIPLINA) y leer biografías de autores que se convierten en fantasmas que nunca podemos citar (la INDISCIPLINA, que no es otra cosa que, justamente, llenarse de fantasmas a los que no citas). O en otras: algo va entre lo que he escrito en estos más-de-tres-años y lo que ha escrito Thomas Bernhard o Bertrand Russell.

Pensar disciplinadamente. Rinde réditos. En la disciplina. y pensar indisciplinadamente rinde réditos en este blog que aparece sólo de vez en cuando para hablar del etcétera y ahora del trabajo que cuesta pensar indisciplinadamente y saber si debo terminar o no con un punto final