Entre
hombres desarraigados en medio del desierto y profesores sofisticados de
Oxford. Entre hombres que hablan poco y otros que hablan mucho. Entre unos que condenan
y se condenan con las balas y otros que condenan y se condenan con las
palabras. Entre un mundo que pareciera moverse sólo y sin control dejando atrás a los hombres, y otro en el que
cada palabra cuenta porque determina el curso del mundo, porque condena y
rescata países y hombres.
Hace unos
meses Marías renunció al Premio Nacional de Narrativa por posiciones políticas.
McCarthy sigue cuasi escondido en Nuevo México. Ayer murió Margareth Tatcher.
En qué pensaría Marías ante la noticia… se puede intuir. No puedo ni siquiera
imaginar en qué habrá pensado McCarthy.